El miércoles pasado Tycho se presentó por primera vez en Buenos Aires en el marco de su gira de verano. La banda de Sacramento hizo viajar a través de paisajes sonoros a un Niceto Club con entradas casi agotadas.
La noche comenzó con la banda D.I.E.T.R.I.C.H, quienes se ocuparon de la apertura y su sonido en sintonía con el de Tycho preparó al público para lo que después vendría.
Alrededor de las 22.30, Tycho subió al escenario de Niceto Club donde propagó su ambient por cada rincón, sólo bastó el primer sonido para situar a los espectadores en otro lugar; la prolijidad e intensidad con la que cada instrumento fue ejecutado dio lugar a la apreciación de su individualidad como así también en su conjunto, algo que es virtud.
Las melodías electrónicas con aires contemporáneos y la combinación de lo análogo con lo orgánico fueron el soundtrack de un viaje fugaz que también fue visual, si hay algo de lo que se ocupa la banda es estimular aún más la experiencia con la proyección de vídeos.
De fondo las imágenes de naturaleza, figuras geométricas y colores pasteles fueron el contexto ideal que acompañó a los miembros en el recorrido por sus tres álbumes; situación de diversión en PBS (Past Is Prologue, 2006), sentimientos de nostalgia en Dive (Dive, 2011) y momentos de euforia bailable por parte de los presentes en las canciones de su último álbum como See, Spectre y Montana, uno de los más complejos a la hora del vivo (Awake, 2014).
Incluir músicos a su performance fue la mejor decisión que tomó Hansen; Zac Brown en bajo, Rory O’Connor en batería y Joe Davancens en teclados. La musicalidad de cada instrumento le permitió que cada canción cobre más energía y a su vez se eleve en otro plano que difiere al de la propia interpretación que le daba a través de audios digitales en sus comienzos de solista.
El público presente pudo disfrutar de este cambio donde desde el primer momento se sumergió al gran océano de sonoridades que emergió de la dinámica conjunta sobre el escenario que posee cada integrante y se animó a bucear en ellas.
Hansen no tuvo más que palabras de agradecimiento y dejó que la música realice la interacción con el público.
El show de principio a fin fue un abanico de sensaciones, ya era medianoche y todo había fluido con naturalidad, la canción que se encargó de culminar la experiencia de ensueño fue Awake, la más festejada por el público dejando a simple vista que la única preocupación era que no terminara.
Todas las fotos por Matías Casal