Vince Staples lanzó su primer LP, “Summertime ’06”, para darnos un golpe de realidad y hacernos sentir el miedo de su barrio.
Vince no tuvo una vida fácil. Su viejo era una gangsta de los Crips que entraba y salía de la cárcel constantemente. Ya desde la primaria se vio enfrentado a la desigualdad en Long Beach. Vivía en la parte trasera de la casa de su tía, escuchaba a su vieja salir temprano, iba a la escuela desganado, veía mansiones de cuatro pisos en la costa, llegaba cansado, intentaba hacer su tarea. ¿Para qué? Todo su ambiente era violento, la gente moría por nada a su alrededor y Vince había aprendido a no confiar en nadie.
Fue creciendo sin ídolos, valiéndose por si mismo. A sus doce años el padre de su mejor amigo fue a la cárcel y dejó unas armas en la casa. Ellos se metieron en YouTube para aprender como usarlas. Vivían con miedo, pero estaban acostumbrados. Cuando tenía trece, la policía lo envió a la corte por causas inventadas, pero no lo condenaron. Ya a los quince era un gangsta en Los Crips. Vince intentaba no meterse en muchos problemas, pero no era fácil. Dejó la secundaria, mataron a uno de sus amigos, le dieron seis tiros a otro y tuvo que escaparse a Atlanta por ocho meses.
Cuando volvió a Long Beach se alejó de la vida de gangsta y empezó a juntarse con Djon Samo y Chuck Wun, que vivían a tres cuadras y tenían una sala de grabación. Con ellos aprendió mucho y fue mejorando su rap, que nunca antes había tomado con demasiada seriedad. Djon Samo le presentó a Mike G y Earl Sweatshirt de Odd Future en un viaje a LA y Vince conectó muy rápido con los dos. En el 2010 colaboró en “epaR”, del primer mixtape de Earl y también en varias canciones de “Award Tour”, el primer EP de Mike G. Entonces se hizo conocido y empezó a haber cierto hype a su alrededor, aunque Vince no tenía ningún lanzamiento propio.
Luego de un EP y varias grabaciones, el 30 de junio de este año llegó Summertime ’06, su primer LP. A lo largo de 20 canciones, Vince vuelve a darnos un golpe de realidad. Es un disco que incomoda, con versos filosos y a veces desesperanzadores. El sonido frío, con percusiones y pianos nerviosos, hace que sintamos el miedo con el que Vince vivía en su barrio. North Long Beach, un suburbio de clase media baja, con gente de todas las razas, de todas las nacionalidades, estancada, sin posibilidad de elegir, pretendiendo que no es infeliz. La desigualdad y la falta de oportunidades lo llevan a hablar, fuerte y claro. ‘El verano del 2006, el principio del fin de todo lo que pensé que sabía. La juventud fue robada de mi ciudad ese año y yo quedé para contar la historia’, escribió en su Instagram como carta de presentación del disco.
Vince habla de la violencia policial en su barrio en “Norf Norf” (con su hook ‘I ain’t never ran for nothin’ but the police’), rapea sobre su vida como gangsta en “Birds & Bees” y se mete en la piel de un dealer en “Dopeman”. Pero Vince, a diferencia de otros raperos, no glorifica este tipo de vida y siempre habla con crudeza y sinceridad. La violencia de las bandas hace que pierda a un amigo, como cuenta en “Surf”, las drogas y las adicciones lo llevan a la desesperación en “Jump Off The Roof”. Vince es realista y aunque camina confiado, está lleno de dudas y quiere salir de su situación. El disco abre con una intro instrumental donde se escuchan unos tiros al final, a lo que sigue “Lift Me Up”, donde rapea el título de la canción una y otra vez en el hook, con una voz cansada, unos beats pesados y asfixiantes. Se lo dice a si mismo, es una lucha interna y el camino no es fácil. El disco retoma esta cuestión en el penúltimo tema, “Like It Is” (‘I gotta be, I gotta be, I gotta be the one/ To make it up to heaven, despite the things I’ve done’) en el que además se pregunta porque no podemos vernos el uno al otro sin preconceptos, tratándonos simplemente como personas.
“Summertime ’06” no es un disco para escuchar con liviandad. Vince, con sus 21 años, nos comparte su historia, su realidad. Lo cuenta todo desde su propia experiencia, pero no por eso deja de tratar un problema global, representando la falta de esperanzas de toda la gente en su barrio en Long Beach y hablando sobre la discriminación racial que está escalando en Estados Unidos. Igualmente, como el mismo dice, es imposible que podamos llegar a saber que se siente estar en su lugar. En “Lift Me Up” rapea sobre como en sus conciertos le molestan ‘All these white folks chanting when I asked ’em where my niggas at’. Lo que podemos hacer, en cambio, es escuchar y tomar conciencia del problema, empatizar hasta cierto punto. No se puede terminar un disco como este y simplemente decir “Ah, si, me gustó” sino que tiene que provocar un diálogo, aunque sea interno. Es que Vince está intentando hablarle a la gente desde su plataforma, pero para que nos llegue tenemos que tomarnos un tiempo para parar y pensar.