El cantante, compositor y multiinstrumentista brasileño presenta su primer disco solista.
¿Quién nunca pensó en dejar de ser uno mismo por un tiempo? Nos cansamos de nuestros propios sueños, proyectos, personas que nos rodean y hasta nos cansamos de los discos que escuchamos. Las personas hipersensibles, como Helio Flanders, tienden a componer sobre las cosas que le mueven la panza y las angustias pasan por su garganta y sus dedos, teniendo como resultado una obra llena de dulzura y tristeza.
Es la primera vez que en una reseña voy a escribir desde lo que siento al escuchar a Helio Flanders.
No lo conocía hasta hace un par de semanas y gracias a Internet llegó a mis oídos. Le di play a “Uma temporada fora de mim” en Spotify y Youtube hasta el hartazgo. Un disco que combina muy bien para escuchar antes o después de Nick Cave, Radiohead, Jeff Buckley y algún disco de tango.
Su poesía envuelta en un caos teatral me provocó bienestar en el sentido de tener a un amigo en el parlante diciendo que él también se siente triste por las mismas cosas.
Su banda (batería, contrabajo, cello y, en algunos temas, bandoneón) junto al piano ejecutado por Flanders (poeta devoto de Alejandra Pizarnik), genera climas únicos que juegan con el amor y la muerte, la soledad y el miedo a amar.
Acá podés ver su videoclip, “De onde você vem?”, en el cual sus arreglos atraviesan diversos estilos y no terminás descifrando de dónde vienen realmente:
Por momentos Helio es un tanguero de los años ‘30. Luego pasa a ser un trovador de la Edad Media hasta que canta “Romeo” junto al cantautor y rockero Thiago Pethit y así vuelve a la modernidad.
Lanza “Um grito” de desesperación al escuchar que su pareja le dice “amor” y ya no siente nada.
Cida Moreira canta en “Dentro do tempo que eu sou” la frase “no estoy cansado de cantar” con una voz que denota muchas historias nocturnas. Helio sigue cantando sin cansarse y confiesa que todas las calles de la ciudad les hacen recordar a diversas personas y sentimientos. Todo concluye en que nada es para siempre.