Luego de su recital en el Teatro Vorterix en 2014, el músico canadiense pisó nuevamente suelo argentino para presentar Another One, su último trabajo discográfico.
Eran las 13 cuando los primeros fans se acercaron a la puerta de Groove pese al sol y el calor, no obstante fue recién a las 21:30 cuando la música y las luces bajaron para dar lugar al show. Con el soundtrack de Terminator 2 de fondo hizo su entrada al escenario Mac DeMarco y presentó a la banda que lo acompañaba para juntos tocar The Way You’d Love Her, perteneciente a su nuevo LP. Salad Days – tema que abre su disco homónimo – fue la encargada de seguir con el espectáculo que ya tenía adolescentes haciendo mosh y chicas bailando encima de hombros ajenos.
Poco más de un año pasó desde su primera visita al país, en ese tiempo el canadiense logró cosechar una gran cantidad de fans que agotaron las entradas un mes antes del show y le demostraron su cariño festejando alegremente cada canción. De esta manera siguieron Cooking Up Something Good y Ode To Viceroy, a esta altura dos clásicos del músico que integran “2”, álbum que mayor reconocimiento mundial le dio.
Las rondas hechas por muchachos que agitaban sus remeras y hasta los bailes de algunas chicas con corpiños en sus manos demostraban la euforia del público que explotó con Freaking Out the Neighborhood pero que se volvió cálida y serena con Chamber Of Reflection.
El final de la noche se acercaba, quedaba una sola canción en el setlist compuesto por temas de 2, Salad Days, Another One y hasta un cover de Reelin’ In The Years, original de Steely Dan. La elegida para cerrar fue Still Together, que empezó tranquila hasta que Mac se sacó las zapatillas y se tiró al público desde el escenario, recorriendo la mitad de Groove por encima de las manos de sus fans que no paraban de acariciarle la cabeza y abrazarlo.
Mientras la banda tocaba Smell Like Teen Spirit – original de Nirvana -, Mac logró subirse al primer piso donde saludó y abrazó al público para volverse a tirar arriba de los cientos de manos que lo esperaban para llevarlo de vuelta al escenario, donde prosiguió con Still Together y se despidió del público argentino.
La emoción y sorpresa por lo sucedido se notaba en la cara de todos los presentes que coreaban el famoso “una más y no jodemos más”, y cuando parecía que el canadiense y sus músicos no volverían, aparecieron nuevamente con un cover de Enter Sandman de Metallica por fuera del repertorio, reafirmando la relación de cariño y gratitud que se formó con el público, y transformando el show en un recital de heavy metal consagrado por todos como uno de los mejores del año.
Fotos por Matías Casal