El combustible esencial para encender al rock en esta primera entrega
The Black Keys – ‘Lonely Boy’.
Inspirado en el clásico de rockabilly blues de 1956 de The Johnny Burnette Trio’s, ‘The Train Kept A-Rollin”, Dan Auerbach saca un sonido sucio de guitar buzz.
Nirvana – ‘Smells Like Teen Spirit’
Ya es sorprendente que este riff haya matado al hair metal o convertido en superestrellas a Nirvana en contra de su voluntad. Pero lo más destacable de este riff, es que incluso después de escucharlo 87 millones de veces, todavía suena tan visceral, tan puro y emocionante. Una verdadera patada en el corazón.
Chic – ‘Le Freak’.
A la música disco le faltaba el riff definitivo y Nile Rodgers lo hizo hace unos 35 años. Desde ese momento sigue inspirando guitarras funkeras ideales para la pista de baile.
Rage Against The Machine – ‘Killing In The Name’.
El mejor momento de Tom Morello, y no hay que olvidar una cosa de este riff: que aunque rockea fuerte tiene ese pequeño toque de funk que lo hace irresistible. Tal vez por eso cuenta la leyenda, siempre incomprobable, que es científicamente imposible permanecer estáticos mientras se escucha.
The Rolling Stones – ‘(I Can’t Get No) Satisfaction’.
Keith Richards pasó la mayor parte de los 60 y 70 atrapando todos los grandes riffs de guitarra que andaban por el aire y convertirlos en canciones atemporales. Pero estamos en condiciones de afirmar este podría ser el más grande riff de tres acordes creado por la raza humana. Hace más impresionante el prodigio el hecho de que, literalmente, la escribió en un sueño.
Pixies – ‘Where Is My Mind?’.
No será un riff demasiado pesado, pero suena como una carga de explosivos puesta dentro del microondas.
AC/DC – ‘Back In Black’.
Un clásico instantáneo resulta este riff que se convierte en la confirmación perfecta de que estaban de vuelta en el juego después de la muerte de Bon Scott.
Arctic Monkeys – ‘Brianstorm’.
El preciso momento en el que los monos se vuelven pesados. El track que abre el segundo disco “Favourite Worst Nightmare”, nos muestra a la banda hacer claras sus intenciones con este riff que suena como un arma de destrucción masiva..
Black Sabbath – ‘Paranoid’.
Proto-metal a cargo de Tony Iommi, tirando de las cuerdas como si arrancara una cortadora de césped. Iommi pone todo después de haberse cortado la parte superior de dos dedos de su mano derecha en un accidente industrial. Pero no se nota ni un poco.
Hole – ‘Celebrity Skin’.
Una hermosa y sucia rutina de agresión pura. Aparentemente escrita por Billy Corgan mientras ayudaba en las sesiones del álbum, pero interpretado por Eric Erlandson con un gran espíritu power metal.
Blur – ‘Song 2’.
A veces un riff clásico puede provenir de grandes músicos que abrazan el poder de la simplicidad. Esta potencia de cuatro acordes es una pasada de lengua en la mejilla en grunge. Muchas bandas de esa movida hubieran dado su leñadora por un riff así, ideal para un pogo glamoroso.
Cream – ‘Sunshine Of Your Love’.
Todo el mundo sabe que Eric Clapton toca este riff, pero en realidad fue escrita por el bajista Jack Bruce inmediatamente después de que él y Clapton volvían de ver un concierto de Jimi Hendrix en Londres.
Chuck Berry – ‘Johnny B Goode’.
Este riff explosivo todavía suena alucinante hoy, así que es difícil imaginar lo que debe haber sentido alguien que lo escuchó por la radio en 1958.