El Mató a un Policía Motorizado se presentó por cuarta vez en un lapso de siete días en el recinto del barrio porteño de Colegiales.
Ayer cumplía un año aproximadamente desde mi primer recital de Él Mató a un Policía Motorizado, quise encarar la noche con parsimonia y alegría; me pedí un whisky a media cuadra del lugar. Me cruce con una amiga y a su hermana con el novio. Me contaron que una de sus primeras citas fue en un recital de Él Mató hace 8 años. Les di un abrazo y crucé al Vorterix; igual ellos también iban al recital pero no les habían servido las papas fritas todavía. Adentro me pedí otro whisky decidido a un tipo de experiencia sin pogo físico.
Sabemos que O’Konor levantó la espada con cuatro Nicetos a puro lleno, y después de su reciente gira latinoamericana volvieron en el mes de los muertos para atravesarnos a todos otra vez. En esta ocasión brindando el show más largo de la saga de cuatro que ofrecieron en el Teatro Vorterix. La espada tiene más filo y nosotros ya sabemos todos los gritos.
La voz del “Chango” motorizado no nos hizo pensar en los tres recitales previos y la reciente gira; sus quiebres llenaron las grietas de la cúpula que nos sostenía. Por una fuerza popular me acerque al escenario; hasta que cuerpos aleatorios caían sobre mí de tal forma que solo el tempo melancólico de un tema me permitió la pausa para subir a un escalón del costado, y así desde ahí prender cigarrillos y agitar mis brazos como si Messi hubiera seguido haciendo goles; pude ver el ojo del huracán de los pogos, a chicas de oro, amigos piedra, jóvenes laxos, todos igual de contentos, puedo jurarlo. La luz y el whisky no mienten.
Durante la primera parte del show recorrieron su nuevo álbum ‘La Síntesis O’konor’ (nos recordó Santiago que “está en youtube” ) y enfrentamos el amplio rango emocional que la “Síntesis” presenta; lo potenció el iluminador y el señor de la máquina de humo, y así subimos y bajamos pasando de un “Quiero enfrentarme a todos” hasta un “porque tuviste que decirme eso”. Después del intervalo, el vital reclamo por Santiago Maldonado.
Ya más cerca del final, todo fue menos ciclotímico y entramos en los clásicos saltando como si el piso fuera lava. Igual sabemos de la capacidad motorizada para convertir lo nuevo en clásicos coreados. Prenderte fuego, Chica Rutera, Yony B, Mi Próximo Movimiento fueron allanándonos para entregarles nuestra mejor versión; y así una vez más todo lo que quisimos fue nuestro.