“Tasmania” es el octavo álbum de los psycho-rockers australianos más queridos y es el más melódico de su carrera. Las distintas variantes del pop que ofrecen dejan una impresión encantadora en su debut internacional con un gran sello discográfico (Interscope).
El mundo se encuentra en un estado tan malo que incluso las mentes más psicodélicas están empezando a enloquecer. “Mientras que todo el mundo se derrite, ¿estoy destinado a verlo?” canta Nick Allbrook en “Sixteen Days”, una de las canciones del disco. En un momento declaran: “Podría ir y meterme en Tasmania antes de que se vaya el ozono / Y el paraíso arde en Australia, ¿quién sabe?”
Como es sabido, Pond comparte algunos miembros con Tame Impala y la cabeza del Dios omnipresente Kevin Parker ha producido los cinco álbumes anteriores de Pond, incluido este “Tasmania”. Hasta ahora, cualquier similitud entre los dos bandas ha sido puramente cosmética, un colorido garabato de guitarra aquí, una bomba de sintetizador por allá, pero este disco marca el punto en el que Pond parece estar tomando directamente señales de Tame Impala. Específicamente: el elástico R&B-pop de “Currents” de 2015, es un sonido que se adapta sorprendentemente bien a Pond.
Como parte de la promoción, la banda decidió pasar por el segmento “Like A Version” de la radio australiana Triple J. Como parte de su presentación, el cuarteto de Perth interpretó una versión bien picante de “Ray of Light”, el tema de Madonna de 1998.
El Episodio 10 completo en Spotify